“La vida pasa y ni tú ni yo somos alguien para detener ese ritmo que ha puesto en marcha cosas mas grandes que nosotros.”
Los eventos y acontecimientos realmente pequeños del día de hoy me recuerdan a algo que escribí el año pasado, algo de lo que estoy plenamente de acuerdo y creo que es una verdad universal. Me ha molestado desde que he tenido que aceptar tal hecho. La vida se convierte en una maldita responsabilidad y deja de ser, en todos sus aspectos, una vida.
El momento del que estoy del que estoy hablando es ese instante donde la persona deja de valer mas que la educación que recibió y el dinero que gana, ese momento tan frágil donde consideran a uno “adulto” y tiene que luchar contra todas las corrientes en su contra.
Ganas dinero, pagas impuestos, consumes, consumes y consumes para sobrevivir y evitar, no solo una muerte natural sino, una muerte social. Aún está en discusión cual de las dos es peor.
Desconozco desde cuando remonta esto, tal vez siempre ha sido así pero antes no había tanta competencia por lo poco que había. Aún hoy hay demasiada gente y no ha suficiente para todos incluso con todo lo que se produce.
Tal vez deberían existir menos de “nosotros”, tal vez deberíamos encontrar la manera de saber quien es útil y quien no para entonces colocar a esas personas que se puedan aprovechar y echar de menos a las que sobran.
Yo me considero uno de los que sobran y debería ser echado de menos. Sería mas fácil exterminar a todo aquel que no produzca y dejar a los responsables, un contado elite que tenga las facultades adecuadas, no, mas bien perfectas para llevar a cabo y aprovechar el espacio que fue otorgado. Deshacernos de los mantenidos como yo que gastan el espacio y el oxígeno que alguien más apto podría ocupar.
Mi tiempo aquí se acaba, los se. Tengo mis días contados ya sea por mismo o por aquellos que me “mantienen” vivo.
Es hora de desaprovechar mas oxígeno y espacio.